La gran mayoría ciudadanos están desinteresados de la política, pero para quienes sí se interesan, aquí en breve manual de lo que debes hacer si quieres llegar a ser un mal político:

1.  Busca hacer cambios:

El buen político no se ocupa de estas cosas superfluas. Si pretendes romper con la vieja forma de hacer lo mismo que todos, es decir, lo anti político, ya fuiste. No pretendas cambiar el stato quo, ni propongas reformas de fondo, ni pienses en el largo plazo. Peor aún no pretendas construir un discurso político, ni salgas con cosas de ideologías y esas vainas.

2.  Busca juntar la política con lo ético:

Eso es cómo una mentada de madre. Si pretendes luchar contra la corrupción en serio y no sólo discurseas sino recibes premios de transparencia por tu gestión; estás “frito”. No debes tener el mínimo atisbo de teñir de ética a la política, sino al toque también tratan de embarrarte o para decir que todos son iguales y tienes algún “anticucho”.

3.  Elabora planes y propuestas:

Si te computas organizado y antes de hacer las cosas planificas, ¡no te pases pues! Tampoco debes presentar propuestas de las cosas que pretendes hacer, ni florees sobre cómo quieres solucionar los diversos problemas. Si crees que la gente va a leer tus planes operativos donde se refleje el presupuesto, eres un iluso.

4.  Implementa medidas antipopulares:

Si quieres implementar “papas calientes” y medidas que pretenden contrarrestar la informalidad, y chocas con un sector importante, piénsalo unos ocho años en la gestión para no hacer nada. Caray, ¡eso no se hace!

5.  Sueña con seguir haciendo política:

Si llegaste al poder y termina tu periodo, quítate a tu jato y dedícate a tu familia. No debes intentar la reelección, que eso es sólo para los privilegiados y para los que “roban, pero hacen obras”. Y si tienes pretensiones más adelante en otros espacios políticos, tampoco pues, para eso están todos los de la DBA.

Estas son algunas de las cosas que debes hacer para que seas un mal político y la historia se vuelva a repetir.