La crisis de los partidos políticos parece una muletilla en nuestro país, ya que esto se viene repitiendo desde los fines de los 90´ hasta estos momentos, y esta problemática también se viene dando en los movimientos políticos que surgieron como respuestas para revertir dicha crisis.
Y ello genera que la gran mayoría de ciudadanos muestren desinterés y apatía por los partidos y movimientos políticos; sin embargo, también existen ciudadanos que sí creen que es posible hacer política de una forma distinta, pero tienen que coexistir con dicha crisis. ¿Cuáles son las alternativas?
Una, es que te incorpores a los partidos denominados tradicionales (Partido Aprista, Acción Popular, Partido Popular Cristiano), a los partidos post- tradicionales (Alianza Para el Progreso, Somos Perú, Fuerza Popular, entre otras), o te incorpores en los diferentes movimientos políticos que existen y desaparecen en los diferentes departamentos del país, y desde dentro cambiarla y transformarla. Otra, es que te dediques a “construir” nuevos partidos y/o movimientos políticos, para que de esta forma reviertas la crisis partidaria.
Esta segunda opción, es la que algunos ciudadanos de nuestras generaciones que están entre la base 3 y 4, vienen asumiendo desde hace un par de años y que tienen diversas experiencias tanto técnicas como políticas, han venido “construyendo” diversos espacios políticos, pero aún no han dado el salto a la “cancha grande” por diversos motivos.
Y me parece que uno de los principales dificultades, es que al ser experiencias políticas novísimas y quieren “diferenciarse” de los demás partidos políticos, van “creándose”, y se multiplican en varios y muchos (pero de poco peso), hace que estén partidos- entiéndase divididos en experiencias demasiados pequeñas-, es decir, estén partiditos.
Por ello, la apuesta de estas experiencias debe ser articularse, sobre todo cuando muchos coincidimos en lo principal: refundar la política (consolidar la institucionalidad partidaria, devolver la apuesta programática a temas de fondo en la política, retomar la apuesta ideológica y de retomar lo ético en la acción política).
