Muchos analistas nos señalan que el camino para el 2016 ya está zanjado y tal como las encuestas nos muestran sólo queda escoger el menú entre Kieko, Alan y PPK, es decir, el próximo gobierno será de derecha. Además el sentido común nos señala que la izquierda tiene casi muy pocas posibilidades y escasas chances de estar en competencia electoral, pero paradójicamente, en ese espectro político sí hay sitio y que sólo debe ser mejor capitalizado.

Sin embargo, al parecer, esta posibilidad es más consiente la derecha que la misma izquierda. Ya que tanto Keiko, Alan y PPK en todo momento buscan “correrse” hacia el centro- izquierda (inclusive lo han incorporado en su discurso) justamente para capitalizar esos votos, mientras que el sector que representa a la izquierda (Frente Amplio y la Confluencia), no logra “cuajar”, y más bien fiel a su estilo tradicional siguen “profundizando la crisis”.

Por ello es importante, que muchos sectores que de una u otra manera han venido participando en diversos espacios, colectivos, movimientos y en la construcción de “partidos” desde el espectro político de centro- izquierda, no sólo asomen, sino asuman este rol histórico, y puedan lograr realmente articularse no sólo en el discurso, sino también en la práctica, sólo así tiene posibilidades de capitalizar a todos aquellos que no quieren el trío de derecha.

Ese el gran reto de toda una generación que busca posicionarse y refundar la política y, un primer paso es lograr romper con la supremacía que la derecha ha logrado imponer en el país y re-colocar en la agenda un discurso de izquierda; un segundo paso, es irrumpir dentro del sector de la izquierda tradicional, pero no con el “rollo”: “los jóvenes a la obra y los viejos a la tumba”, sino lograr lo intergeneracional - ¡vaya reto!-, y el tercer paso, competir en bloque para enfrentar a la derecha.