Unas semanas atrás los jóvenes discutían sobre los colores de las puertas y luego pusieron en jaque no sólo al gobierno, sino a toda la derecha. Ya que las tres marchas en contra de la Ley del régimen laboral juvenil, debe ser el punto de partida para su ingreso a la arena política y además colocar otros temas más, no sólo desde las juventudes, sino despertar del letargo a los demás ciudadanos en general.

Entonces, literalmente los jóvenes no estaban muertos, sino andaban de parrandas. Cuando todo parecía que estaba consumado y la derecha celebraba con sus punteros presidenciables para el 2016 (Alan, Keiko y PPK), la izquierda entretenida con la unidad, asomaron y colocaron en la agenda pública temas sustanciales como son los derechos de los ciudadanos.

El gran reto es que ahora esto pueda ser capitalizado por las mismas juventudes que han salido a las calles a protestar y se empiecen a generar propuestas alternativas, tanto a nivel político como a nivel técnico, ya que las organizaciones estudiantiles, sociales y políticas han demostrado estar a la altura de la circunstancia.

La idea debe ser no repetir la historia de las movilizaciones de las juventudes de los fines de los 90’ que nos dispersamos. Por ello ahora es el momento quienes dejamos de ser jóvenes hace un par de lustros, que tuvimos la experiencia de movilizarnos, estemos juntos y apostemos, pero al costado, ya que es el momento de ellos, ya que su actoría no debe perder de vista su autoría.