Dos meses y medio han pasado desde que el alcalde de Lima volvió. Y en ese lapso de tiempo he visto como tres encuestas y todas han mostrado una alta aprobación; la última llega al 71% de aprobación según Datum . Paradojas, porque es considerado como un “gestor eficiente” en obras, pero ni eso hace ahora, sin embargo, sigue subiendo en las encuestas gracias a su perfil de orador silente- mudo-.

Una de sus grandes acciones iniciales fue el despido de más de 3,000 mil personas , incluyendo personas embarazadas, menosprecio a los planes, de-tener la llamada “reforma de transporte” de la gestión anterior, más como “respuesta emocional” que por estudio técnico, tal como lo señaló Enrique Cornejo .

Hasta allí todo viento en popa para el alcalde, ya que en el concejo no tiene oposición, tampoco fuera de ella (salvo algunos mensajes en las redes), los medios permisivos y con apoyo ciudadano según encuestas. De pronto se le ocurre continuar tiñendo la ciudad de amarillo, pero esta vez afectando “los murales”. Y empezó el empellón, primero desde las redes sociales, luego personalidades en general y los medios (miren la portada de Somos de El Comercio de hoy sábado).

¿Por qué cuando promueve la vuelta de los Orión y siguen las trágicas muertes de ciudadanos, no mueve ni un dedo frente a la inseguridad, no reaccionamos? ¿Y si lo hacemos frente al pintado de los murales? ¿No que supuestamente somos una sociedad que menoscaba la cultura?

Tengo la impresión que frente a la defensa del transporte por ejemplo pierde fuerza, cuando se relaciona el argumento porque lo hizo Susana, ello se desmorona inmediatamente; se debe buscar argumentos técnicos, sociales (calidad de vida de ciudadanos) y políticos (ningún partido tienen una propuesta al respecto, podría ser la vuelta que los políticos sí se interesan en los problemas reales). Me parece que mientras no asome una oposición que movilice técnica y políticamente hará lo que quiera.

Respecto a los murales es algo impresionante. Los argumentos son realmente absurdos en pleno siglo XXI, pueden ver aquí como se desmorona uno por estos improperios. Y si en realidad como dicen se quiere “defender de las apologías”, diseñen e implementen una política seria respecto a conciencia ciudadana y de rechazo frontal frente al terrorismo. Pero insinuar que Chabuca Granda es terruca, es vergonzoso por decir lo menos.

Por ello, limeño Lázaro, es hora de levantarse y no emular al alcalde y quedarse mudo ni dar la espalda a la ciudad, sino exigir mejora al transporte, seguridad, cultura y ciudadanía. Las marchas realizadas por la "Ley pulpín" y la Unión Civil son ejemplos claros para alcanzar nuestros derechos.